Gonzalez R. Rosenstock Yael - Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva
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***El término Princesa-almohada se acuñó como un insulto para la lesbiana que no tiene interés en la reciprocidad sexual, una «femme de piedra». Sin embargo, ha cambiado desde entonces. Con independencia de su género, cualquiera puede ser una Persona-almohada. Además, aunque originalmente tenía la intención de ser un mote negativo, he hablado con individuos y leído blogs sobre personas que disfrutan de la gente-almohada. Sin embargo, puede ocurrir que, si una persona ha experimentado un trauma, posiblemente no se sienta segura de participar en ciertos actos. Es importante hablar con tus compañeros o compañeras sexuales y conocer sus experiencias y necesidades. Quiero enfatizar que hay que priorizar el cuidado de los demás y aprender a dispensar esos cuidados es tarea ineludible de todos aquellos que están involucrados en una relación. ***
CAPÍTULO 2:
Entiende Tus Sexualidades
Ya hemos hablado de los distintos roles que puedes desempeñar durante una experiencia sexual (desde el punto de vista de dar y recibir). Esta sección habla de lo que te estimula. Por ejemplo, hay personas demi-sexuales que requieren un vínculo emocional para excitarse. Están quienes disfrutan de los juegos de poder y otros cuyo enfoque sexual está en determinadas partes del cuerpo, como los pies. Para algunos la atracción se relaciona directamente con ciertas identidades sexuales y para otros dichos factores son irrelevantes. Todos tenemos cosas que nos encienden la pasión y otras que la apagan. Aunque la palabra «sexualidad» se refiere comúnmente a la orientación sexual, elijo incorporar todo lo que se enumera en este párrafo, incluida la tendencia a dar y/o recibir, como parte de la sexualidad de una persona.
Hay aspectos de nuestra sexualidad, como las identidades que nos atraen, que con frecuencia están determinados antes de nacer. Con esto quiero decir que generalmente nacemos con una orientación sexual y, finalmente, cuando empezamos a sentirnos atraídos hacia los demás, es cuando descubrimos la naturaleza de esa orientación sexual. Otras partes de nuestra sexualidad pueden verse influidas por las experiencias que hemos vivido, tanto positivas como negativas. A medida que leas acerca de las diferentes identidades y experiencias expuestas aquí, abre tu mente a la diversidad y evita desvalorizar las preferencias de otros. Con independencia de que te guste, o de que lo entiendas o no, no hay excusa válida para despreciar el estilo de vida de otras personas. Puede que incluso descubras que formas parte de ciertas comunidades de las que jamás habías oído hablar. He elegido resaltar algunas de las identidades sexuales que caen fuera de la norma, porque las que ya están normalizadas son ampliamente conocidas. Te animo a que explores algunas identidades poco conocidas, o sin determinar, a medida que avanzas con la lectura de este libro.
La(s) Identidad(es) Sexual(es) de tus Amantes
La orientación sexual determina hacia quién sientes atracción. Generalmente se adquiere antes de nacer1 y se hace evidente en cuanto comenzamos a experimentar atracción hacia los demás. Hay personas que tienen claras sus tendencias desde una edad muy temprana, mientras que otras crecen y forman familias antes de reconocer plenamente su sexualidad. La orientación sexual puede convertirse en un viaje con múltiples paradas hasta que el individuo encuentra la identidad que mejor se ajusta a su personalidad. Aprender acerca de las diferentes sexualidades no cambia la tuya, pero puede suceder que te des cuenta de que tu sexualidad no es lo que pensabas que era. Es posible que te hayas considerado bastante convencional en el terreno sexual hasta que descubres que tienes tendencias traviesas. Dicha revelación no significa que te «hayas convertido» en un ser distinto.
Si un hombre cis flirtea con una lesbiana, ella sigue siendo lesbiana. Si alguien que no pertenece al género o al sexo por el que sientes atracción flirtea contigo, tu sexualidad permanecerá inalterada. Esto es causa de preocupación para algunos individuos cis-heterosexuales y ha conducido a la ira y a la violencia. La sexualidad no es un resfriado que puedas pillar. La defensa de tu sexualidad jamás debería ser una excusa para la violencia contra otra persona.
A pesar de la expectativa heteronormativa de que los individuos queer deben «descubrir» su sexualidad, mientras que la gente heterosexual sencillamente existe, lo cierto es que se trata de un descubrimiento para todos. Sin embargo, dado que la norma social es heterosexual, puede resultarte difícil reconocer tu identidad si tienes tendencias queer porque no te verás representado en la sociedad. También sucede que mucha gente asume una identidad heterosexual, lo cual con frecuencia induce a aquellos que no se identifican como heterosexuales a tener que anunciar su sexualidad, o anunciar «que han salido del armario», para poder ser vistos. Existe una mayor marginación de aquellos que no se identifican con ninguno de los componentes del par binario gay-lesbiana / heterosexual. Mientras utilizaba una aplicación de citas para mujeres que buscan mujeres, contacté con una lesbiana bifóbica. Se sentía atraída hacia mí, pero no paraba de ignorar la manera en que yo me identifico y me aplicaba sus propias etiquetas. Se la pasaba hablando sobre mi identidad y empecé a sentir que mi orientación sexual era el único tema de discusión. Incluso dentro de la comunidad queer, existe bifobia y una aversión o desconfianza hacia aquellos que se sienten atraídos por más de un género o sexo. A aquellos que no encuentran su lugar en el par binario a veces se los considera insaciables o confundidos, lo cual anula sus experiencias en el terreno de la atracción y del amor.
Si tienes curiosidad por saber dónde encajas, o por entender mejor la diversidad que existe con respecto a las identidades sexuales, echa un vistazo a la siguiente lista. Incluyo las orientaciones sexuales conjuntamente con las románticas por cuestión de espacio, a excepción de la orientación asexual y la orientación arromántica, pues quienes caen en esas categorías con frecuencia sufren más invisibilidad. La orientación sexual hace referencia a la clase de personas que te atraen sexualmente. La orientación romántica se refiere a la clase de personas con quienes te gustaría estar en una relación romántica, que puede o no diferir de la gente por la que te orientas sexualmente. Por ejemplo, algunos individuos bisexuales son heterorrománticos porque experimentan atracción sexual hacia más de un género, pero solo consideran los géneros distintos al propio para constituir relaciones románticas serias, a largo plazo.
La siguiente lista no es exhaustiva. Te animo a que continúes buscando información, especialmente si no te sientes representado, o representada.
Androsexual: persona que siente atracción hacia individuos que presentan características masculinas.
Asexual: persona que no experimenta atracción sexual.
Arromántico/a: persona que no experimenta atracción romántica.
Bicurioso/a: persona que experimenta inseguridad en su atracción hacia diferentes géneros.
Birromántico/a, Bisexual: persona que se siente atraída hacia más de un género. La definición depende del individuo, que puede experimentar atracción hacia hombres y mujeres cis y/o trans, y hacia otros géneros también. La atracción hacia diferentes géneros no necesita estar dividida en partes iguales para ser considerada bisexual.
Demirromántico/a, Demisexual: persona que requiere un vínculo emocional fuerte antes de experimentar una respuesta romántica o sexual.
Gay: con frecuencia se utiliza para identificar hombres que solo sienten atracción hacia otros hombres, pero puede referirse a alguien que experimenta atracción exclusivamente hacia los miembros de su propio sexo o género.
Ginosexual: persona que siente atracción hacia individuos que presentan características femeninas.
Heteroflexible: persona que se siente atraída mayormente hacia aquellos que forman parte del género opuesto2 pero que pueden excepcionalmente sentir atracción por individuos específicos de su mismo sexo o género.
Heterorromántico/a, Heterosexual: persona que se siente atraída hacia el que tradicionalmente se considera su sexo opuesto.
Homoflexible: persona que generalmente se siente atraída por personas que comparten su sexo o género pero que pueden hacer excepciones con individuos específicos de otro género.
Homorromántico/a, Homosexual: persona que se siente atraída hacia aquellos que comparten su sexo o género.
Lesbiana: mujer que se siente atraída hacia otras mujeres.
Panromántico/a, Pansexual: persona que se siente atraída hacia otras personas independientemente de su sexo o género.
Queer: persona cuya identificación cae fuera del espectro sexual (o de género) de los heterosexuales (o cisgénero). En relación a la sexualidad, puede incluir lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, etc. Se trata de un término común utilizado por las generaciones más jóvenes, sin embargo, fue antiguamente utilizado de forma negativa por lo cual las generaciones mayores tienden a evitarlo.
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Un aspecto importante en la práctica de la sexualidad positiva es tener una buena perspectiva de ti mismo y sentirte seguro de quién eres. Durante años luché por definir mi identidad sexual. En la escuela secundaria me consideré heterosexual de un 80% a un 85% porque sabía que mi interés en Halle Berry y en otras actrices era más que admiración: era atracción. Tuve la misma conversación una y otra vez con una amiga durante años, porque no lograba reconciliar el hecho de ser queer con el de sentir aversión hacia las vulvas y vaginas. Incluso después de experimentar una respuesta semi-erótica a un masaje sensual platónico con una amiga en la universidad, seguía convencida de que todavía debía ser heterosexual porque ser bisexual no estaba del todo bien e ignoraba la variedad de orientaciones sexuales que existen. No me había dado cuenta, sino hasta estos últimos años, de que sentía una aversión similar hacia los órganos genitales en general, pero mi experiencia sexual coercitiva durante la adolescencia había normalizado los penes.
Al final descubrí que en realidad soy queer y que mi identidad puede fluctuar entre queer y pansexual. Ello significa que siento atracción hacia la gente y las personalidades independientemente de su sexo o género. Lo más fácil para mí es atraer y salir con hombres cisgénero, posiblemente debido a mi extensa experiencia con ellos, pero sea quien sea la persona con la que salga, mi sexualidad no cambia.
Mi experiencia no es única. Aquellos que consideran su identidad como pansexual, asexual, arromántica, demi-sexual u otra menos conocida pueden tener dificultades a la hora de entender y conceptualizar sus sentimientos y experiencias debido a la falta de representación y discusión en la sociedad. Esto puede ocasionar confusión, malestar y una sensación de soledad. Si no logras entenderte a ti misma, o a ti mismo, espero que la lista previa te haya ayudado a identificar alguna comunidad en la que puedas sentirse incluida. Ten en cuenta de que independientemente de que encuentres o no una etiqueta que se adapte a ti, tus experiencias son válidas. Ya sea que salgas con más miembros de un sexo que del otro, o que sientas atracción sexual hacia alguien solo cuando tiene lugar una conexión romántica profunda, o incluso si nunca experimentas atracción sexual, sigue tus instintos.
Sexo vainilla, «Kinksters» y BDSM
Recuerdo vagamente hallarme frente a la televisión cuando era pequeña y ver un episodio particular de «La Niñera». El Sr. Sheffield sujeta a Fran, la niñera, y la reprende por comportarse como un infante. La coloca sobre su regazo diciendo que, si insiste en comportarse como una niña, recibirá el trato correspondiente y le da unas nalgadas. Fran protesta y grita con su típica voz nasal pero luego parece considerar la excitación que le provoca el suceso. Recuerdo esa escena, sea que haya sido real o que la haya soñado, debido a las sensaciones que provocó en mi cuerpo. Me excitó, aunque no lo sabía por falta de experiencia. A medida que fui creciendo, me empezó a atraer la novela romántica y, más tarde, la de género erótico que se centra en el juego del poder y la sumisión.
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